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El PP de Feijóo es el mayor peligro para el feminismo

Article d’opinion publicat en https://www.huffingtonpost.es/opinion/el-pp-feijoo-mayor-peligro-feminismo.html

“El PP no sólo se ha alejado de las mujeres cuando más lo necesitaban, sino que ha adoptado buena parte de la política antifeminista de la agenda ultra”.

Se cumple un año de la aprobación de la Ley de paridad por parte del Congreso. Una ley promovida por el Gobierno progresista de coalición que pretende implantar la presencia equitativa de las mujeres en los espacios de decisión de las grandes empresas y de la administración pública. Un paso más en la lucha por la igualdad y el empoderamiento de las mujeres, que representan la mitad de la población. Si ellas son la mitad, su representación en los órganos de poder debe ser también representativa, tanto de su fuerza social como política y económica. Así de simple.

Sin embargo, ¿adivinan qué grupos votaron en contra de esta ley? En efecto, los de siempre: PP y VOX. La derecha y la ultraderecha siempre están unidas en contra de los avances sociales y de la conquista de derechos (desde el divorcio y el aborto hasta el matrimonio igualitario), y más si se tratan de medidas que favorecen la lucha feminista. Por eso, suena a duro sarcasmo —muy machista, por cierto— que el PP hable de “conquistar el voto femenino” ante los casos de prostitución derivados de los audios vomitivos del exministro Ábalos. ¿Estará dispuesto, entonces, a apoyar al Partido Socialista para abolir la prostitución cuando su trámite llegue a las Cortes? Me temo que volverá a desdecirse, siguiendo su estela histórica e ideológica.

Porque no hay nada peor que considerar a la mujer como un mero objeto de cálculo electoral. ¿Ahora se acuerda de ellas nuestra derecha? ¿Por qué no las ha apoyado con los progresos impulsados por los presidentes Zapatero y Sánchez? ¿Por qué ha votado en contra de la subida del salario mínimo interprofesional, que a quien más ha beneficiado ha sido a las mujeres de este país? Es más, el PP no sólo se ha alejado de las mujeres cuando más lo necesitaban, sino que ha adoptado buena parte de la política antifeminista de la agenda ultra. Prueba de ello son los pactos presupuestarios en varias autonomías y ayuntamientos que incluyen reducir las partidas destinadas a la lucha contra la violencia de género. Unos acuerdos alcanzados con VOX, un partido que niega directamente la violencia machista, y con el que el PP ha llegado a suprimir los departamentos de Igualdad de distintas administraciones.

Los pactos del PP con VOX desmantelan los avances en materia feminista. Y se suman a los ataques de Núñez Feijóo en esta dirección, cuando calificó de “violencia intrafamiliar” la violencia machista y definió como “divorcio duro” la condena por violencia machista contra el diputado de VOX con el que el señor Mazón pactaba hace ahora dos años el gobierno de la Generalitat valenciana. Y ahí sigue como president con la aquiescencia de Feijóo, después de la desastrosa gestión de la Dana y con un pacto presupuestario cerrado con los mismos que le auparon a la presidencia.

Sin ir más lejos, y sin la necesidad de pactar con VOX, el PP tan solo se refiere una vez al feminismo en su ponencia política de su último Congreso Nacional. Y lo hace para condenar sus supuestas “versiones extravagantes”. Es más, reduce el papel de las mujeres a su “maternidad”, y las previene de las “agendas de división” con respecto al hombre, porque, según los conservadores, “no se trata de pasar de la primacía del hombre a la primacía de la mujer”. Así es cómo ve el PP a la mujer, bajo el signo de la tutela y la subyugación, no sea que se la empodere demasiado.

Vistos los antecedentes, no resulta tan extraño el ataque ignominioso —y de paso homófobo— de Feijóo contra el presidente Sánchez en el último debate en el Congreso, a cuenta de un suegro fallecido y un negocio que pretende vincular con la prostitución para ganarse el favor de las mujeres. Pero, tal vez, Feijóo y sus asesores no han calculado que esta crítica desesperada y desempolvada del baúl de la policía patriótica del PP es fruto de una masculinidad herida y tóxica, que bebe de las fuentes de la agresividad y la intimidación, de todo aquello que, en fin, supone el reverso atroz de una cultura y una política feministas, justas e igualitarias.

Las mujeres no pueden ser el chivo expiatorio del resentimiento del líder la oposición. No son su objeto de sublimación política. Feijóo debería saber que ellas son ya sujeto de empoderamiento y liberación, a la conquista de nuevos espacios de autonomía, esos que negó el PP votando en contra de la Ley de paridad y de tantas conquistas sociales y sigue negando en una lucha que no cesa. Una lucha que hoy, en un mundo en repliegue machista, es más necesaria librar.